El proceso de solicitar asilo en los Estados Unidos puede dividirse en dos categorías principales: el asilo afirmativo y el asilo defensivo. Ambas vías están diseñadas para proteger a quienes enfrentan persecución en su país de origen, pero difieren en sus procedimientos y en el contexto en que se presentan. En este artículo, exploraremos las diferencias clave entre el asilo defensivo y el afirmativo, para que puedas comprender mejor cuál es el más adecuado para tu situación.
El asilo afirmativo es una solicitud que se presenta de manera voluntaria ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS). Esta opción está disponible para las personas que no están en proceso de deportación y que se encuentran legal o ilegalmente en el país.
El asilo afirmativo es una opción para aquellas personas que han ingresado a Estados Unidos y aún no enfrentan un proceso de deportación. La entrevista y decisión iniciales son llevadas a cabo por un oficial de asilo en un entorno administrativo.
El asilo defensivo es solicitado cuando una persona ya se encuentra en proceso de deportación. A diferencia del asilo afirmativo, esta solicitud se presenta como una forma de defensa para evitar ser expulsado de los Estados Unidos.
El asilo defensivo está diseñado para personas que ya están en proceso de deportación. Este proceso ocurre en un entorno judicial, y las decisiones las toma un juez de inmigración después de escuchar a ambas partes.
El asilo afirmativo y el asilo defensivo ofrecen dos caminos diferentes para quienes buscan protección en los Estados Unidos. Mientras que el asilo afirmativo es una opción para quienes no están en proceso de deportación, el asilo defensivo se convierte en una herramienta crucial para quienes ya enfrentan una posible expulsión del país. En cualquier caso, es recomendable buscar asesoramiento legal para garantizar que el proceso se maneje de manera adecuada y que se maximicen las posibilidades de éxito.